Benalmádena

Costa del Sol

Nuestros fundadores

En Noviembre de 1491, cuando la Reconquista tocaba a su fin, Alonso Palmero, natural de Ecija, que había llegado hasta aquí acompañando a las tropas de los Reyes Católicos como escudero, fue designado primer alcalde de Benalmádena y se le encargó repoblar el municipio, que había quedado casi completamente deshabitado.

A él le debemos la construcción de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán de Benalmádena Pueblo. Inmortalizado en una estatua de tamaño natural obra de Francisco Javier Galán que se puede visitar en la Plaza de los Castillejos, fue el encargado del reparto de las tierras entre los nuevos colonos, algunos de ellos extremeños o gallegos.

El industrial ilustrado Félix Solesio compró un cortijo al que bautizó con el nombre de San Carlos en 1794 para poner en marcha un complejo de producción de papel gracias a una red de seis molinos que aprovechaba los numerosos cursos de agua provenientes de nuestra sierra.

Hoy su imagen preside la Plaza de la Tribuna junto al edificio restaurado que fue uno de aquellos ingenios papeleros. Así nació Arroyo de la Miel. Los trabajadores de aquella incipiente industria fueron nuestros primeros pobladores y ellos, Alonso y Félix, nuestros pioneros.

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